El día 28, con un poco de retraso, casi a las 10 de la mañana llegamos a Barajas, antes nos habíamos despedido de algunas familias en el avión ya que éstas debían coger otro avión en la T4 y tenían que correr un poco.
Las demás nos fuimos a recoger las maletas, que por cierto tardaron un poco. Éstas venían junto a los carritos de los bebes, una vez recogidas nos dimos cuenta de que nos habían roto un rueda, por lo que fuimos a hacer una reclamación y tenemos que decir que la Thaicon mucha amabilidad nos rellenó un impreso y no comentó que fuesemos a Bolsos Pestana en Cádiz que nos la arreglarían o nos darían una nueva (al final hemos salido ganando porque nos han dado una nueva de más valor).
Ya tocaba salir, que nos estaban esperando los tíos Maru y Alejandro, y nos fundimos en un abrazo llorando por la ilusión, hace unos días nos despidieron a dos y hoy nos reciben a tres.
Fuimos a su casa a comer, mientras que Sergio empezó a jugar en el suelo con los cacharros de cocina que Maru le dejó.
A las 2 de la tarde nos fuimos hacia Atocha porque a las 4 salía El Alvia hacía Jerez. Con todas las maletas nos subimos en el tren, y a disfrutar de las últimas horas que nos quedaban de nuestro viaje. El viaje fue un poco duro porque tanto el niño como nosotros estabamos bastante cansados, Sergio se hartó de gatear y jugar con otros niños, ya que no podía conciliar el sueño, parece que estaba nervioso por lo que le esperaba en Jerez.
Las demás nos fuimos a recoger las maletas, que por cierto tardaron un poco. Éstas venían junto a los carritos de los bebes, una vez recogidas nos dimos cuenta de que nos habían roto un rueda, por lo que fuimos a hacer una reclamación y tenemos que decir que la Thaicon mucha amabilidad nos rellenó un impreso y no comentó que fuesemos a Bolsos Pestana en Cádiz que nos la arreglarían o nos darían una nueva (al final hemos salido ganando porque nos han dado una nueva de más valor).
Ya tocaba salir, que nos estaban esperando los tíos Maru y Alejandro, y nos fundimos en un abrazo llorando por la ilusión, hace unos días nos despidieron a dos y hoy nos reciben a tres.
Fuimos a su casa a comer, mientras que Sergio empezó a jugar en el suelo con los cacharros de cocina que Maru le dejó.
A las 2 de la tarde nos fuimos hacia Atocha porque a las 4 salía El Alvia hacía Jerez. Con todas las maletas nos subimos en el tren, y a disfrutar de las últimas horas que nos quedaban de nuestro viaje. El viaje fue un poco duro porque tanto el niño como nosotros estabamos bastante cansados, Sergio se hartó de gatear y jugar con otros niños, ya que no podía conciliar el sueño, parece que estaba nervioso por lo que le esperaba en Jerez.
Cuando llegamos a Jerez teníamos a toda la familia y a algunos amigos, con regalos para Sergio y un ramo de flores para la mami, esperandonos en la estación. Fue todo muy emotivo, Sergio parecía que los había visto a todos antes, se fue con todos, aunque sin perdenos nunca de vista.
Estuvo hasta gateando en las instalaciones de Renfe, enseñando a sus abuelos las monerías que hacía, todo un espectáculo muy emotivo.
Al llegar a casa, nuestra cuñada Lidia nos había preparado una sorpresa, una pancarta en la ventana y una cena con tarta incluida. Estuvimos todos comiendo y disfrutando de Sergio.